existencialismo asfáltico
Después de un par de horas, todo empieza a parecer distinto; a asumir otros sentidos. Se dirá que es el efecto del sol sobre la cabeza... y puede ser, no digo que no. Pero hay algo más, no sé.
Cuando se hace dedo, la ruta se transforma en una especia de anfiteatro, y uno en actor de un drama extrañamente dinámico y breve. Los autos pasan a toda velocidad, y en tres o cuatro segundos, como mucho, uno tiene que hacer su pequeño acto de seducción, tiene que parecer convincente: no soy chorro, no soy loco, no estoy sucio... no importa si todas esas categorías son pertinentes, o no, si son verdaderas o no lo son, si nos gustan o no: son las categorías que importan, y uno termina pensándose en función de ellas.
Y ahí aparece el matiz moral del dedo. Hacer dedo es, podría pensarse, someterse a una ametralladora de juicios morales. Es, en fin, algo parecido al infierno de Sartre.
Comentarios
Quien tira un rebaje como para poder hacer zoom a pulgarcita o pulgarcito de turno, que de alguna manera, se acerca al "dedo" como quien se acerca a una puta del hipódromo, (¡atención chicos!) Es peligroso.
En fin, peligrosa vocación ser chofer de camión.
Saludos BJ
Un saludo pa usté.