paradise
Por la tarde, Sal me cuenta sus historias.
Me cuenta a mí. Habla conmigo, aunque por momentos entorne los ojos y viaje hacia imágenes de Dean, de Dénver, de la temerosa Rita.
Un rato así, por la tarde.
Por la noche me encuentro de repente trabajando en un bar. Lavo vasos, tazas; trapeo el piso. Una señora que salió con su hija me mira con insistencia mientras le sirvo cerveza. Me dice chistes que no tienen gracia. Amablemente, sonrío.
Luego pensaré en enormes carteles de neón que ya no existen. En ambientes de humo y madera pegoteada; borrachines dormitando en una barra, y así. Todos estereotipos. Durante un rato juego a sentirme como Sal, o como otro Sal.
Después, con menos épica y algo de terror - lo admito- casi puedo escuchar a Phil diciendo: "Sam, también los hay aquí". Y se rompe el encanto.
Comentarios
comentarle,
sus últimos dos posts me han gustado mucho.
saludos,
le deseo siga viajando.
La familia bien?
cuando dejas de viajar?
Saludos y muchos besos de tu colega, aunque no escriba te sigo en tus viajes. chaoooooooooooo
Me alegra que sigas la ruta, y que pases también por acá.
Te mando un abrazo grande.
Abrazo amigazo.