En el gimnasio, un muchacho tirando a fornido le da consejos a otro, evidentemente novato.
- Sí, pero vos tenés cuerpo - responde el principiante, largando las palabras como si las llorara-; yo no tengo cuerpo, y tengo panza.
"Cerrá el ombligo", daban ganas de decirle.
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Un abrazo
Un abrazo, Siberia.