las hormas del éxito


Son singulares, a veces, las hormas del éxito. Como los zapatos, cada hombre calza la suya.
Conocí una vez a un hombre feliz. Era feliz porque, según su horma, era exitoso. Diría que era escritor, pero en rigor no vivía de eso. Digo, entonces, que le gustaba escribir. Escribía. Alguna vez leí sus textos, y admito que no los entendí. No sé si eran buenos o malos, si lindos o feos; eran largos y, sobretodo, densos... pesados. Eso era, para él, lo importante: el sentido era un detalle, pero los textos debían ser pesados.Llegó, exaltado, un día a mi casa. "¡Soy un genio!", gritaba sin vergüenza; "¡soy un genio!". Entendí el motivo de su alegría cuando, con el rostro del triunfo irrefutable, dejó caer sobre mi mesa su último cuento, de diez kilos.

Comentarios

depending de dibuj ha dicho que…
Yo tuve mi horma, pero o me creció mucho el pie, o me volví un maldito detallista (que la tela, que el color, que la suela).
Ya no tengo horma, pero tengo una vecina que se llama Norma y cocina unos panecillos fetén fetén.
Santiago Maisonnave ha dicho que…
Las Normas del éxito: Norma Aleandro y Norma Nmailer... son como los zapatos, cada cual calza la suya.
Y andar descalzo no es tan grave si uno saborea buenos panecillos mientras lo hace.
Usted no sea zapato y súbase algo al blog, que queremos más dibujos.
la bestia ha dicho que…
Cuando fui a comprar los zapatos de mi éxito (en mi época los llamábamos "de mi felicidad"), me dijeron que acababan de llevarse los últimos de mi talle. De modo que me tuve que traer éstos, que son, fatalmente, dos números más grandes de lo que calzo. Ahora intento dejarme las uñas.

Bob Patiño
Santiago Maisonnave ha dicho que…
Se ve que usted es de antes de los '90, Mr.Patiño: desde entonces, acá no se habla más de "felicidad", sino de "éxito". Es difícil encontrar talle, ciertamente, y dolorosas sus consecuencias, que andar con uñas de diez centímetros no le gusta a nadie. Pero ya lo dijo Pío IX, antes de la pavita de fin de año en el Concilio de Trento: "para ser feliz, sufrirás; para tener éxito, lo mismo". Hombre de pocas, pero pristinas, palabras.

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